20 AÑOS – PROTAGONISTAS DE NUESTRA HISTORIA

Entrevista a la Dra. Ana María Lopez- Ex Presidenta AAMR 2002-2003

 

 ¿Cómo fueron sus primeros pasos por la AAMR? ¿Cómo era la Asociación en ese momento?

Ingresé a la Comisión Directiva (CD) de la AAMR como Vocal Titular por la Región Centro, durante la presidencia del Dr Juan Carlos Figueroa Casas en el año 1999, luego continué con ese cargo en la presidencia del Dr Eduardo Schiavi en el 2000.

En el año 2001 seguí integrando la CD como Vicepresidenta; luego como presidente de la AAMR en el año 2002 y como past president continué en la CD organizando  el  Congreso anual argentino de Medicina Respiratoria,  que se realizó en la ciudad de Córdoba en el 2003.

Escribiendo estas líneas tomo conciencia de que estuve en la CD de la AAMR durante ¡¡5 años consecutivos!!

Tal vez, por haber formado parte de la AAMR, en sus comienzos, en los que había tanto por hacer, tantos desafíos por sortear, es que tengo una sensación de pertenencia como si fuera un ámbito en el que estuve “desde siempre” y del que no puedo siquiera imaginar estar ausente…

Recuerdo tantas reuniones, en las que planificábamos el interminable trámite de la personería jurídica del que se ocupó diligentemente el Dr Daniel Carlés y el tiempo dedicado a la elaboración del Estatuto societario, y así… ¡¡nos atrapaba la madrugada sin darnos cuenta!!

¿Qué ideas tenía en mente para concretar en la Asociación?

Laboralmente fue difícil, corría el año 2002 y atravesábamos en el país una crisis  económica que conllevó a una desactualización de los honorarios médicos. Por este motivo se estimuló la actividad de  la Comisión de asuntos gremiales, que ya estaba constituida desde gestiones previas, con el objetivo de actualizar los aranceles profesionales y las prácticas de la especialidad.

Nuestra Comisión Directiva y posterior organizadora del 31° Congreso fue la segunda con sede en el interior del país. Nosotros vivimos con alegría el desafío de demostrarnos que podíamos cumplir con nuestras  expectativas y la de los que confiaron en nosotros. Creo que este desafío nos dio una increíble fuerza como grupo humano, formando un verdadero equipo, sólido, unido y sin fisuras en pos de una meta. Me enorgullece decir que estos lazos persisten hasta la fecha. Quiero destacar que la logística de nuestro congreso fue local, con una empresa de Organización de Eventos de Córdoba.

Nos dedicamos muy especialmente de que en la AAMR hubiera participación de los miembros/socios del interior en nuestros Congresos Nacionales. Con ese espíritu federalista se crearon los Simposios Regionales que aún persisten, destacando su principal fortaleza, que es la de estimular la investigación de  las patologías regionales. Tienen hasta la fecha una presencia ininterrumpida durante 15 años en nuestros congresos y se editan año a año en la página web. Con Anita Diez y Susana Luhning nos ocupamos de que así sea, como un compromiso que hemos asumido con mucho apego y cariño.

Además, el Dr Eduardo Giugno, durante su  presidencia, previa a la mía, implementó que las reuniones de la CD, durante el año en curso, se realizaran en el interior del país, en el marco de unas Jornadas Regionales, que organizaban los vocales de la Región elegida. Esta modalidad “trasladaba y acercaba” la AAMR a otras provincias…todos pasos importantes que federalizaron efectivamente a nuestra Asociación.

Como en esa época la comunicación por internet no tenía amplia difusión, llegábamos a todos los socios con un Boletín Informativo periódico sobre las actividades societarias por vía postal.

Se continuó con la publicación de un Folleto sobre patologías, cada cuatrimestre,  escrito por un miembro de una sección científica sobre una patología respiratoria. Esta actividad  se había iniciado durante la gestión del Dr Eduardo Schiavi, con la revisión y coordinación a cargo del Dr Edgardo Rhodius; también era difundida por correo postal.

Se trabajó sobre el Reglamento de Recertificación del título de especialistas y se dio impulso al Curso de Educación a Distancia (CEADI) online, a cargo  por varios años del Dr Juan Carlos Figueroa Casas, con el objetivo de facilitar la accesibilidad de un aprendizaje actualizado e individual para aquellos profesionales alejados de las grandes ciudades.

¿Qué significaba en ese momento ser la primera mujer en convertirse en presidente de la Asociación?

En ningún momento se me ocurrió pensar que haber sido la primera presidenta mujer de la AAMR, lo había logrado como una conquista, por una cuestión de equidad de género.

Estoy convencida de que fue una posición adquirida y construida por años de participación activa y por tener un fuerte compromiso con la Asociación, y con sinceridad digo que nunca fue pensado como un objetivo a lograr. Compromiso que se profundizó con darle a la AAMR su sentido federalista, que considero es crucial en la historia de la Asociación. Este logro fue obtenido con el apoyo invaluable de los colegas, socios de CABA, Pcia de Buenos Aires y todas las provincias del interior del país.

¿Cómo ve a la AAMR en la actualidad?

¡Bien! ¡Fortalecida!! Superó los altibajos del crecimiento de una sociedad joven que debe ser autónoma e independiente.

Ha crecido tanto… tiene desde hace unos años reconocimiento entre las sociedades internacionales; participa en la formación de médicos jóvenes a través de intercambios de entrenamiento en diferentes áreas de la especialidad.

Organiza Jornadas, Conferencias, Cursos y Congresos que tienen un alto nivel científico. Ha conseguido la integración, con participación activa, de los médicos que integran los programas de residencias en la carrera de la especialidad de Neumonología y que están representados en una Sección (AAMR Joven).

También ha logrado cumplir con éxito un desafío pendiente, por medio de un trabajo coordinado y en equipo, que fue la realización de un estudio epidemiológico de prevalencia, de base poblacional de la EPOC en Argentina (EPOC AR), recientemente publicado en una revista internacional.

A mi juicio, un desafío pendiente es trasmitir a otros profesionales de la salud, como a los médicos generalistas en atención primaria, a los clínicos y cardiólogos, conceptos claros de diagnóstico y manejo de enfermedades respiratorias prevalentes como el asma y la EPOC, la prevención del tabaquismo, etc.

Algo más que desee agregar

Y como si todo lo que me ha brindado la AAMR, fuese poco, el 9 de octubre de 2017, en la Ceremonia de cierre, del 45° Congreso, que presidió en su Córdoba natal, el Dr Juan Manuel Ossés, se me otorgó una Mención a la Trayectoria.

Debo decir que ese camino, ese trayecto… ¡NO LO RECORRI SOLA!, de esto no tengo ninguna duda!

Me acompañaron mis hijos del corazón que son los residentes, no solo los que se formaron en nuestro servicio, sino con todos los que he tenido y tengo contacto; también con quienes a lo largo de tantos años trabajamos juntos en el Servicio de Neumonología del Hospital Privado. Además, todos los colegas de la AAMR con quienes he compartido tantos proyectos y finalmente creado fuertes  lazos de camaradería y amistad. ¡Ese camino también lo he transitado con mi familia que me ha acompañado siempre!

He estado y estaré siempre orgullosa de pertenecer a esta asociación por las grandes oportunidades que nos ha brindado para nuestro crecimiento profesional, además de atesorar queridos amigos, con el correr de los años! He recibido y sigo recibiendo tanto de la AAMR, mucho más de lo que creo merecer, por eso, a todos y cada uno de los que la integran, por siempre… ¡GRACIAS!

 

Entrevista al Dr. Enrique Jolly- Ex Secretario AAMR 2003-2004

 

¿Cómo fue su participación en la AAMR? ¿Cómo era la Asociación en ese momento?

La AAMR pasó  gradualmente de ser una aspiración del grupo originario a ser la realidad contundente que es hoy en día en un lapso de 20 años, durante los cuales las sucesivas comisiones  fueron perfeccionando lo recibido de la gestión anterior y agregándole nuevos desarrollos en forma gradual.  A mí me tocó participar en la infancia de la asociación, cuando mucho de lo que hoy vemos no existía aún, diría que era mucho más inorgánica, que pasaba de residir en un servicio hospitalario hacia otro nuevo cada año, con gente casi todos ellos nuevos en la función, que cuando tenían la sensación que  habían aprendido la tarea ya estaban a punto de finalizarla y  tal vez el único que, por ocuparse de la parte formal y permanecer a través del tiempo, representaba un punto fijo de apoyo era el contador, Jorge Cantore, quien aportaba conocimientos profesionales y memoria de lo ocurrido en las pocas comisiones anteriores. Los miembros titulares eran unos 700 pero la participación era muy reducida y la morosidad en las cuotas era monumental, pese a que su valor era muy módico, tal vez porque aún  no se había hecho evidente para muchos la  importancia de integrar la asociación o los beneficios que recibían les resultaban escasos.

El Dr Carlos Luna fue el quinto presidente de nuestra AAMR y él me invitó a acompañarlo como secretario en el período 2003 – 2004, propuesta que acepté con mucho entusiasmo y que, si bien representó un importante trabajo durante todo ese período y el año siguiente dedicado al congreso, me recompensó con la satisfacción de crear muchos nuevos vínculos con colegas de todo el país, a quienes hoy siento como amigos.

¿Qué ideas tenían en mente en ese momento para que se puedan concretar en la Asociación?

Cuando estábamos por iniciar el período de presidencia de Carlos Luna, en octubre 2003, integramos un grupo con los miembros de la comisión que nos encontrábamos geográficamente próximos, como el  tesorero Joaquín García Morato; el recordado Alfredo Monteverde, quien era el secretario de actas y el  vocal por la capital Ricardo Re, quienes decidimos reunirnos la mañana del viernes todas las semanas del año, acompañados en ocasiones por la más distante vocal por la provincia de Buenos Aires, Cristina Borrajo, para disponer del tiempo para el debate de los proyectos que fuimos acuñando.  En nuestra visión la primera prioridad era darle organicidad a la asociación, tener una sede y personal de secretaría permanentes, cosa que se logró dándole un local, un teléfono, una secretaria propia (Pía Márquez); consolidar el lugar de la AAMR como “La Institución” de la neumonología argentina, de tal manera de generar en sus miembros un “deseo irresistible” de pertenecer a ella, llegando incluso a pagar la cuota anual si era inevitable.

Nuestra estrategia fue aprovechar el auge del correo electrónico para conectarnos sin costos con los miembros y enviarles boletines  electrónicos, un remoto antecedente de esta Gaceta tan profesional que la asociación tiene hoy, que en ese momento fueron útiles pese a su notoria rusticidad para hacer que la asociación tuviera presencia en el período entre los 2 congresos. Con la misma intención entregamos diplomas a los miembros titulares, desarrollamos una biblioteca electrónica de revistas de la especialidad, hicimos un proceso de recertificación que nos permitió recertificar a más de 50 especialistas de todo el país, creamos becas de investigación para neumonólogos jóvenes, firmamos ventajosos  convenios de cooperación con la ALAT, la ERS, la ATS y ACCP y colocamos stands de la asociación en todos los congresos internacionales más relevantes. Llegamos Incluso a repartir corbatas, ¡que antigüedad!

 ¿Alguna anécdota para compartir de aquella época?

En la asamblea donde nuestra comisión empezó su período propusimos que se votara una autorización para que compráramos una propiedad apta para ser la sede de la asociación. Habíamos chequeado el mercado y el  monto  necesario era de 7.000 dólares (21.000 $) en aquel complicado momento económico de la Argentina.  No se pudo aprobar porque el estatuto no lo contemplaba y su modificación requería la imposible presencia de la mitad más uno de todos los socios. ¡Fuimos nuestro propio enemigo y se perdió la oportunidad! Es una alegría ver que hoy el voto de la asamblea permitió modificar cosas tan relevantes como la forma de elección de las autoridades sin que haya objeciones. Un buen vino mendocino dice en  su  etiqueta  que la batalla más difícil es la que se libra contra uno mismo. Cuánta sabiduría hay en el buen vino ¿no?

¿Cómo ve a la AAMR en la actualidad?

La veo fuerte, adulta, sólida. En particular me agrada  ver como la AAMR ha dado a luz grupos muy fuertes de subespecialistas en cada una de las enfermedades que atendemos, que organizan sus propios cursos y reuniones, y pienso que esto es algo promisorio, no porque crea que la subespecialización sea necesaria para atender pacientes, pero sí lo es para investigar, y este ha sido nuestro punto más débil y que requiere desarrollo con miras al futuro.

Algo más que desee agregar

SI, me gustaría alentar a los jóvenes para que se involucren en la actividad directiva de la asociación, creo que eso intensifica el sentimiento de pertenencia, acerca a la gente  y promueve el crecimiento personal.