20 AÑOS – PROTAGONISTAS DE NUESTRA HISTORIA

Entrevista Dr. Eduardo Schiavi

-¿Cómo fue su participación en la AAMR? ¿Cómo era la Asociación en ese momento?

Tengo muchos recuerdos de las épocas iniciales de la AAMR. Participé en varias reuniones preparatorias de la Asamblea que fundó la AAMR para acercar a los diferentes grupos que entonces existían. Los Dres. Abbate y Figueroa Casas las han resumido y no quiero ser repetitivo salvo en mi recuerdo a mi maestro el Dr. Aquiles Roncoroni quien fue un visionario que colaboró desinteresadamente en las épocas iniciales. En estas reuniones había mucho interés de los participantes del interior para que se los tuviera en cuenta en forma pareja con los de Buenos Aires. Tanto la Dra. Ana López de Córdoba, como el Dr. Figueroa Casas de Rosario fueron verdaderos paladines de estas cuestiones. Estas discusiones permitieron plasmar desde el comienzo una asociación con un fuerte espíritu federal que no era muy común en las Sociedades Científicas de la época.

En la Asamblea fundacional de 1997 en la Ciudad de Santa Fe fui elegido vocal titular por la Capital Federal. De esta manera participé desde el principio en esa primera Comisión Directiva en lo que el Dr. Abbate decía que era “instalar un sueño” en la Medicina Respiratoria y en los sponsor de la Industria Farmacéutica que veían aparecer con cierto recelo una sociedad que por fin parecía nuclear a todos los neumonólogos del país. En el año 1998 fui elegido Vicepresidente (paso previo a la presidencia) en una Jornadas en el Paseo La Plaza de Buenos Aires organizadas al único fin de dar continuidad a lo decidido en Santa Fe ya que hasta entonces los Congresos se realizaban cada 2 años y la elección del presidente debía ser anual.

En esa época recién comenzaba a desarrollarse la tecnología que hoy domina nuestra vida. Era el comienzo de internet y la telefonía celular. No existía el Whatsapp y sólo algunos de los integrantes de mi comisión directiva tenían e-mail. Por fuerza las comunicaciones eran muchísimo más difíciles y la organización tanto de las reuniones de Comisión Directiva como del Congreso requerían un complicado trabajo de llamadas telefónicas. Es difícil hoy en día transmitir las dificultades que teníamos para organizarnos a los jóvenes que no conocen otra forma de comunicarse. La AAMR no tenía sede propia y durante mi mandato y la organización del 29 Congreso de Medicina Respiratoria esta fue mi despacho de Subdirector en mi querido Hospital María Ferrer, las secretarias eran las de dirección y subdirección.

Aprovecho para destacar la paciencia y la tolerancia del Director del Ferrer, Dr. Moisés Rosenberg quien debía sufrir mi presencia ausente en el hospital, dedicado a las tareas de dirigir la AAMR. Por estos motivos le dedico mi más profundo agradecimiento. Simplemente no teníamos todavía fondos para cubrir los gastos mínimos de la sociedad que dependía exclusivamente de los ingresos del Congreso Anual. Los Dres. Morero, Menga y Rizzo fueron colaboradores inestimables y les estoy sumamente agradecido por su presencia a mi lado resolviendo todos los problemas que iban apareciendo.

-¿Qué ideas tenían en mente en ese momento para que se puedan concretar en la Asociación?

En esa época teníamos en mente 2 grupos de problemas que debíamos continuar abordando: los administrativos para organizar la Asociación y los científico-profesionales.

Desde el punto de vista administrativo teníamos un padrón elaborado con la colaboración de la industria farmacéutica que era sumamente imperfecto con duplicaciones, médicos inexistentes y todo tipo de anomalías por lo que iniciamos su depuración muy trabajosa que fue completada tiempo después por otras comisiones directivas. Iniciamos el tímido intento de cobrar cuota societaria y debíamos gestionar ante los bancos las autorizaciones para poder cobrar con tarjeta de crédito a nuestros socios. Todos estos trámites que hoy son automáticos nos llevaron innumerables horas de trabajo y tediosas reuniones de oficina. Obtener la personería jurídica fue otra saga que se continuó en posteriores Comisiones Directivas y llevó años resolver.

Desde el punto de vista científico y profesional llevamos a cabo varias actividades. Nos preocupaban mucho las competencias del neumonólogo, amenazadas siempre por otras especialidades. Hicimos un documento que titulamos: “El Perfil del Neumonólogo” y lo presentamos en el Congreso del Dr. Figueroa Casas en una mesa redonda con participación de reconocidos especialistas para dejar clara la posición de la AAMR sobre este tema que después daría origen a las actividades de Recertificación.

Impulsamos la Comisión de Actividades Gremiales y el establecimiento de aranceles éticos con los altibajos propios de las dificultades económicas que había en el país.

Iniciamos también una serie de folletos educativos coordinados por el Dr. Edgardo Rhodius sobre técnicas aplicadas a la medición de diferentes parámetros de uso habitual en neumonología (espirometría, presiones respiratorias, sueño). Cada fascículo se distribuía postalmente a los socios registrados. Hoy lo publicaríamos en la página web de la AAMR en forma rápida con amplia distribución y se difundiría mucho más allá del listado de asociados.

-¿Alguna anécdota para compartir de aquella época?

Recuerdo entre muchas anécdotas que estábamos abocados con mucho entusiasmo a organizar el 21 Congreso de Medicina Respiratoria en Noviembre de 2001. Habíamos conseguido con mucho esfuerzo y colaboración de las secciones invitar a más de 20 invitados extranjeros muchos de los cuáles eran norteamericanos. El 11 de septiembre de ese año se produjo el atentado que destruyó las torres gemelas en la ciudad de Nueva York. Pocas semanas después pude comprobar en el congreso de la ERS que la mayoría de los invitados americanos se habían negado a viajar. Este hecho nos generó una gran incertidumbre y numerosos llamados a nuestros invitados. Afortunadamente 2 meses después los miedos se fueron disipando y pudimos contar con la generosa participación de todos ellos pero en el medio estuvimos sufriendo hasta confirmar su presencia.

La otra anécdota se relaciona con la situación económica del país. Todos recuerdan que en el año 2001 se vivió una de las peores crisis económicas de la historia del país. Afortunadamente el impacto de la misma no se había notado en la organización del Congreso pero pocos días después de terminado se estableció el llamado “corralito” y todas las utilidades del Congreso que habían sido muy significativas quedaron atrapadas en el mismo. Por suerte la inteligencia de la siguiente Comisión Directiva del Dr. Eduardo Giugno permitió usar rápidamente ese dinero por vía bancaria para asegurar gastos fundamentales del siguiente congreso y no perder la paridad uno a uno con el dólar de la convertibilidad que luego fue derogada.

-¿Cómo ve a la AAMR en la actualidad?

Veo con mucho orgullo como mi querida AAMR se ha transformado, por los esfuerzos sucesivos de todos los presidentes y sus comisiones directivas, en una sociedad moderna, sólida económicamente, muy bien organizada administrativamente y claramente enfocada en sostener el desarrollo de la medicina respiratoria en la Argentina. He presenciado y participado en el desarrollo científico de la sociedad expresada en la calidad de sus jornadas y congresos, el otorgamiento de becas de investigación, cursos de educación a distancia y la Mediateca. He visto como muchas secciones han ido creciendo y armando sus proyectos científicos. También ha sido importante el desarrollo de lazos con sociedades internacionales (ALAT, ATS, ERS, ACCP y otras) que han posicionado a la AAMR en el mapa internacional. Por último este desarrollo ha alcanzado un pico de madurez excepcional con la realización del estudio EPOCAR, objetivo largamente anhelado por los neumonólogos argentinos.

Cuando observo esta evolución y recuerdo nuestros primeros pasos dificultosos y tambaleantes para establecer las bases de este proceso siento que el esfuerzo de las primeras Comisiones Directivas que arrancaron de cero valió la pena y hoy disfruto del presente pujante de la AAMR con una sensación muy placentera de trabajo cumplido.

-Algo más que desee agregar

Quiero recordar al Dr. Nestor Alberto Martelli, neumonólogo excepcional, creativo y gran compañero que tuvo aportes científicos señeros para la neumonología argentina. Participó de los comienzos de la AAMR con mucho entusiasmo pero lamentablemente su fallecimiento en enero de 2001 nos privó de quien podría haber sido un guía inestimable para las generaciones siguientes.

Entrevista Dr. Penizzotto

-¿Cómo era la Asociación en ese momento?

Recuerdo bien los primeros pasos que se dieron para la formación de la AAMR ya que me encontraba finalizando mi etapa formativa en el Hospital Cetrángolo. Estábamos terminando de realizar una broncoscopía y Eduardo Giugno se me acercó y, luego de explicarme de qué se trataba, me dijo que firme una planilla en donde iban a estar incluidos la mayoría de los especialistas en medicina respiratoria del país. Si bien me pareció algo muy importante, en ese momento quizás no era consciente de lo que se estaba formando y cuánta importancia tuvo en mi vida médica.

– ¿Qué ideas tenían en mente en ese momento para que se puedan concretar en la Asociación?

Lo que recuerdo claramente es haber percibido las dificultades que en ese momento existían respecto de la integración de los distintos neumonólogos y las ventajas que se obtendrían al crearse una sociedad seria, que pudiera nuclear a la gran mayoría de estos especialistas. La idea era formar una sociedad fuerte, trascendente, integradora y participativa, con un potente espíritu federal.

– ¿Cómo fue su participación en la AAMR en estos años?

Tengo mucho afecto por la AAMR y siempre que tuve la posibilidad traté de participar activamente en ésta. Mi primer cargo fue como vocal titular del Nordeste en el año 2002 y partir de allí integré diversas comisiones directivas con este cargo, como así también fui miembro titular del Órgano de Fiscalización dos años, Coordinador suplente dos años y luego titular por el mismo período en la Sección de Clínica y Crítica. Actualmente me desempeño como Coordinador del Comité de Certificación y Recertificación.

Ahora que lo reviso, posiblemente mi afecto tan fuerte por la AAMR surja también porque hace muchos años que me siento parte de la misma, participando en distintas funciones.

– ¿Alguna anécdota para compartir de su recorrido en la AAMR?

Durante tantos años de compartir congresos, viajes, reuniones de Comisiones Directivas, etc. se recuerdan muchas anécdotas. Me quedo con una en el congreso de Córdoba en el año 2003. Había ido en auto y un día, cuando terminaron las actividades, saliendo de la cochera del Sheraton de esa ciudad, encuentro a un médico que no conocía, pero que estaba esperando un taxi desesperado; le pregunté dónde iba y resultó que se dirigía a un hotel cercano al mío. Lo llevé y allí surgió una linda relación con Daniel Pascansky, quien luego se transformó en un entrañable e incondicional amigo.

– ¿Cómo ve a la AAMR en la actualidad?

Actualmente la veo en el mejor momento institucional. Creo que todas las expectativas que se tenía al inicio, se sobrepasaron. Son muchos puntos positivos a resaltar.

Tenemos un buen número de miembros, está consolidada del punto de vista económico y posee buena reputación a nivel nacional e internacional. Asimismo, con diferencias, como es lógico, pero hay buen ambiente societario y se respetan las reglas.

Por otra parte, se ha generado la posibilidad de organizar actividad científica muy intensa, con un calendario anual de actividades realmente rico y con un congreso argentino muy interesante que no tiene nada que envidiar a prestigiosos congresos en otros países.

Creo que el trabajo EPOCAR es un ejemplo y marca el nivel de capacidad de trabajo y madurez que hemos logrado.

Resalto la permanente importancia que se le otorga al federalismo en nuestra sociedad y que, me da la impresión, colabora muchísimo con el progreso obtenido.

Quizás, como cuenta pendiente, nos falte un poco más de difusión de las patologías respiratorias en la población médica no especializada y en los medios.

– Algo más que desee agregar

Quiero resaltar también que, tomando la experiencia de la AAMR, en nuestra región del Nordeste, hace diez años, y luego de mucho esfuerzo, logramos juntarnos la mayoría de los neumonólogos de Corrientes, Chaco, Misiones y Formosa y formamos la Sociedad de Medicina Respiratoria del Nordeste (SoMeRNea). Con un trabajo conjunto e integrado se generó un convenio entre ambas sociedades lo cual nos posibilitó realizar actividad científica todo el año y acercar a la AAMR a quienes se afilien a la sociedad regional, al punto que, mediante el convenio establecido, se paga una cuota conjunta.

Por otra parte, como Coordinador del Comité de Certificación y Recertificación, que tengo el honor integrar junto a Carlos Elías, Carlos Luna, Ana López y Daniel Pascansky, insto a que, quienes ya tienen la especialidad, la recertifiquen en nuestra asociación. Es un trámite muy fácil y ágil. Asimismo pienso que es muy  importante que se difunda entre los médicos que están terminando su formación o que aún no tienen el título, que la AAMR ya está en condiciones de otorgar el certificado de especialista, el cual está avalado por el MSPN.