¡Gracias y hasta pronto!
Llegó el momento de la despedida. Fueron 13 meses de dura tarea con la gran responsabilidad de representar a todos los socios de la AAMR, sin dudas una grandísima responsabilidad.
Avanzamos sin prisa, pero sin pausa a lo largo de todo este tiempo. No estuve solo en el camino, me acompañó un grupo humano de excelencia. La comisión directiva en pleno, empezando por los vocales, algunos con más experiencia, otros con menos, pero todos con las mismas ganas de hacer cosas sin obtener nada a cambio, más que la satisfacción del deber cumplido. Gracias infinitas junto con mis respetos y mis deseos de éxito en lo que sigan realizando.
¿Qué decir de la comisión chica? Decidimos llamarnos “Los Cuatro Mosqueteros”, por eso de todos para uno y uno para todos. No fue un slogan, fue una realidad. Trabajamos y nos divertimos en igual medida. Largas discusiones en las que siempre nos pusimos de acuerdo. Mi agradecimiento especial a cada uno de ellos, a los que no se los pude decir claramente en la despedida formal, la emoción me superó. Demasiadas cosas acumuladas durante este tiempo. Gracias Susana, gracias Juan y gracias Julio. No podría haber elegido mejor compañía para este trayecto.
Habría muchos más agradecimientos y la lista sería interminable. El repaso lo hice en la asamblea. En la lista de olvidados de esa noche me quedó Flor, la filmadora incansable, siempre dispuesta para realizar su trabajo de la mejor manera.
Inevitablemente es tiempo de balance, no del numérico tal vez. Nos vamos con la sensación de que hicimos muchas cosas, de que tratamos de trabajar para todos, pero sobre todo de que dejamos un poquito del corazón en la gestión para el crecimiento de nuestra querida AAMR.
Una nueva conducción toma la posta y, seguramente, lo harán igual o mejor que nosotros. Les deseo el mayor de los éxitos. Seguramente así será. Andrés, mucha suerte para vos y tu grupo de trabajo!
Me llevo el recuerdo último, el de la asamblea que se desarrolló en un marco de cordialidad absoluta, como si fuera una reunión de amigos, que en realidad no es ni más ni menos que lo que debería ser.
Finalmente, gracias enormes a todos los asociados que creyeron que podía realizar esta tarea y me dieron un gran voto de confianza para desarrollarla.
No es un adiós, es solo un hasta pronto, ya comenzamos a preparar el próximo desafío, el 47° Congreso en Rosario 2019 donde nos volveremos a encontrar para compartir estos momentos mágicos que la vida nos regala cada año.
Simplemente….gracias a todos
Daniel Buljubasich