Tuberculosis y COVID-19

Autores: Sección Tuberculosis AAMR. Coordinadora: Dra. María Cristina Brian.

La tuberculosis  (TB) es una de las enfermedades más antiguas que afectan a la especie humana y ésta en particular, es la que más daño viene causando a través de los tiempos, teniendo en cuenta su morbimortalidad.

A pesar de los avances en diagnóstico y tratamiento, esta enfermedad prehistórica sigue siendo un grave problema de Salud Pública a nivel mundial, nuestro país no es ajeno a esto. Según cifras oficiales de la OMS, en 2018 se registraron 10 millones de casos de TB en el mundo, muriendo 1.451.000 enfermos (15%).

En Argentina en el mismo año, según cifras del Ministerio de Salud de la Nación (MSAL) se notificaron 11.670 enfermos, con una tasa de 26,2 /100.000 hab., con 720 fallecidos. Es importante mencionar el aumento de casos en niños y adolescentes, siendo el 18% de las notificaciones correspondientes a estos grupos etáreos.

Los pacientes enfermos con TB también se han visto afectados con la llegada de la pandemia COVID-19, donde ambas patologías comparten similitudes y diferencias que valen la pena mencionar. Tanto COVID-19 como TB, no distinguen al momento de infectar y enfermar, nacionalidad, raza, edad y clase social, siendo ambas estigmatizantes y causales de estrés grave en los sistemas de salud; considerando estas las mayores similitudes existentes entre las dos pandemias.

El COVID-19 puede afectar a las personas  infectadas o enfermas con TB, antes, durante o una vez curadas, facilitando en algunos casos el paso de infección latente a enfermedad por alteración del sistema inmunológico. También aumentando la posibilidad de hacer más severa la evolución de la TB por mayor extensión de las lesiones pulmonares.

Una  interesante observación es que la mayor afectación de TB se registra en los países más pobres y  la del  COVID-19 en los más ricos.

Considerando  que la TB sigue tan vigente como siempre,  resulta imprescindible:

1.- Garantizar los servicios destinados a diagnóstico y tratamiento de la enfermedad, tanto para el caso índice como para sus contactos.

2.- Realizar diagnóstico diferencial precoz de TB/COVID-19 al ingreso del paciente al sistema de salud, con una valoración clínica y epidemiológica adecuada

3.- Realizar baciloscopías de esputo e hisopado Rt-PCR para coronavirus cuando se sospeche por clínica, epidemiología y/o estudios de imágenes que revelen presencia  de la enfermedad.

4.- Valorar siempre la importancia de trabajar en red,  georreferenciando los pacientes y sus contactos; de esta forma se podrán continuar los controles de tratamiento y el suministro de  medicación; evitando de esta forma abandonos y traslados innecesarios.

5.- Tener en cuenta las interacciones medicamentosas entre ambas enfermedades para evitar reacciones adversas en caso de coexistencia TB/COVID-19

6.- Si bien hubo algunas publicaciones que mencionaban el factor protector de la vacunación BCG ante la presencia de COVID-19, esto no ha sido debidamente comprobado y por lo tanto no se aconseja por el momento,  su utilización a tal fin.

La coexistencia de TB-COVID-19 se presenta en nuestro país con un número aún no determinado, con un riesgo que suponemos aumentado debido a las lesiones pulmonares preexistentes en el pulmón y al estado de depresión inmunológica que presentan algunos de ellos, aumentado por el estrés que presenta esta pandemia del COVID-19 .

Son muchas las dificultades en la accesibilidad a centros de salud y/o hospitales cerrados o abocados mayoritariamente a la atención del COVID-19 y el temor que presentan los pacientes TB ante el contagio de una nueva enfermedad.

Esta situación nos lleva a repensar e implementar diferentes estrategias de atención para que los controles y los tratamientos de TB puedan ser continuados, tratando de  minimizar los abandonos.

Seguramente más adelante tendremos números más concretos  de pacientes que presenten ambas patologías y podamos  evaluar entonces  la presencia o no de secuelas parenquimatosas y funcionales de los mismos.

PROBLEMAS QUE SE PRESENTAN EN EL TRATAMIENTO DE LA TB EN EPOCA DEL COVID19

A) Problemas Operacionales

1.- Supervisión del Tratamiento

  1. Centros de salud cerrados por casos de COVID- 19
  2. Estigma y Miedo al contagio por COVID -19, al compartir síntomas ambas patologías
  3. Bioseguridad

2.- Desabastecimiento de Fármacos

  1. a) Primera línea
  2. b) Segunda línea; siendo los más frecuentes desabastecidos Bedaquilina (BDQ), Delamanid (DLM), Clofazimina (CFZ) y Linezolid (LZD)

B) Problemas Clínicos

  1. Es necesario evaluar Efectos adversos conjuntos e interacciones farmacológicas en ambos tratamientos TB-COVID-19
  2. Evaluar la interacción de la Rifampicina (R) con casi todos los fármacos que se indican en el tratamiento de COVID-19
  3. Valorar la indicación de la Hidroxicloroquina y fármacos que > QTc Fluoroquinolonas (FQs), Bedaquilina (BDA), Clofazimina (Cfz), Delamanid/ Proteonamid (Dlm/Pmd)

Conclusiones

  • Existe evidencia de la asociación TB-COVID 19 a nivel mundial, pero todavía no hay datos que acompañe la información.
  • Ambas patologías tienen síntomas similares de presentación, por lo tanto en países de mediana y alta prevalencia de TB, puede llevar a la confusión en el diagnóstico.
  • Los diagnósticos para TB son por metodologías específicas Baciloscopías, cultivos, PCR y métodos serológicos.
  • Es importante destacar que el tratamiento para TB no se debe abandonar y se tienen que establecer todos los medios necesarios para asegurar la supervisión y abastecimiento de los fármacos en forma continua.
  • Siempre que coexistan ambas enfermedades se tienen que considerar, para iniciar un tratamiento, las interacciones con las drogas indicadas para evitar fenómenos de reacciones adversas