“El Bicentenario de la Independencia Argentina es una propicia ocasión para una reflexión serena y esperanzadora, porque los aniversarios generalmente nos llevan a hacer un balance y repensar el presente y el futuro. Además, ser tucumana y protagonista de este momento de nuestra historia común, es un privilegio”. |
Ante la pregunta "¿le falta algo a nuestra independencia?", el Dr. Espeche Gil respondió: "la Independencia es un proceso permanente. No es el fin del camino sino el camino mismo de independizarse".
El Congreso reunido en Tucumán en 1816 no fue un suceso improvisado ni falto de ideales. Los representantes de los pueblos que integraban las Provincias Unidas del Río de la Plata estaban muy identificados con las expectativas que había despertado la Revolución de Mayo de 1810.
Para dejar de ser considerados solamente una colonia insurgente y llegar a ser una Nación independiente y libre de España, "y de toda otra dominación extranjera", se disponían a proclamar la independencia y asegurar la libertad. El contexto político-social era complejo y adverso.
Desde mayo de 1810 se sucedieron hechos que marcarían una larga historia argentina de superar modelos antagónicos y de solucionar desencuentros. El conflicto entre Federales y Unitarios y los diversos intentos de un gobierno central favorecedor de las pretensiones hegemónicas porteñas, dieron lugar a una creciente tensión por parte de los postergados reclamos federalistas del interior.
La creciente necesidad de libertad llevó a pensar en Tucumán como sede del Congreso de 1816, no solamente porque quedaba aproximadamente en el centro de la región que abarcaban las Provincias Unidas del Sud, sino también porque estaba protegida por el Ejército del Norte que tenía allí su cuartel general y por la desconfianza que Buenos Aires despertaba en las provincias del interior. El historiador tucumano Carlos Páez de la Torre nos relata que los congresales empezaron a llegar en los últimos días de diciembre de 1815, “...más que fatigados por los infernales caminos. La gran mayoría no había puesto jamás el pie en la ciudad en la que iban a deliberar”. |
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El hecho es que los movía el ideal de la noble causa americana y los alentaba la audaz exhortación de Belgrano y San Martín, que avivaban con entusiasmo patriótico la pronta declaración de la Independencia, en momentos en que pocos daban respaldo. Atraídos por lo que consideraban "la hora de la patria" los treinta y tres diputados que llegaron a Tucumán sesionaron en una modesta y típica casa colonial, cedida y adaptada por la familia de Doña Francisca Bazán de Laguna, actualmente conocida como "La Casa Histórica".
En ese austero recinto, cuna de la nueva nación, después de unos meses de ardua actividad parlamentaria, firmaron la Declaración de la Independencia y comenzó el arduo camino para llegar a ser un país soberano.
Lo que aconteció en el Congreso de Tucumán fue la búsqueda de la organización de la República naciente, lo que con el paso del tiempo derivó en la elección del sistema democrático que abrió el camino de una auténtica representatividad. Volvemos hoy a contemplar la Casa Histórica donde se juró la independencia y nos sentimos interpelados a ser más que simples habitantes: a constituirnos en verdaderos ciudadanos, comprometidos con la construcción del bien común, capaces de integrarnos como único pueblo, maduros para reconocer en la diversidad nuestra mayor riqueza y fortaleza.
La Argentina del Bicentenario nos pide una mirada que alcance a las distintas realidades que la habitan y componen: pobreza extrema de muchos argentinos, discriminación hacia nuestros "paisanos los indios" que dieron la vida en las batallas por la independencia, narcotráfico y sus numerosas nefastas consecuencias, corrupción como sistema, descuido de "la casa común". Todas nos exigen trabajar en primera persona por el bien común de la Patria amada.
Jorge Luis Borges escribió en 1966, la "Patria es un acto perpetuo", un valor colectivo que nos debe unir, que nos desafía a ser cada día mejores para construir, aún en medio de las adversidades, la Argentina fraterna, solidaria, libre y soberana que inspiró a aquellos hombres de 1816.
Fuentes consultadas disponibles en http://www.bicentenario2016.gob.ar
Beatriz Liliana Gil
Neumonóloga
Provincia de Tucumán |