Mi participación en la conferencia internacional de avances en EPOC buscó resaltar cómo ha evolucionado y cambiado la enfermedad. Este año es muy importante porque tenemos un nuevo documento con las últimas recomendaciones de diagnóstico, estratificación y tratamiento de la enfermedad.
Muchas veces nos preguntamos por qué es que hay cambios todo el tiempo, y es porque ha habido una explosión gigantesca de información. En Argentina tenemos el estudio EPOC.AR, que nos está mostrando la prevalencia, y tenemos una gran cantidad de estudios epidemiológicos en otras partes del mundo que están redefiniendo la enfermedad ayudándonos a identificar quienes son las personas que desarrollan EPOC, las diferencias en las características demográficas. Hablamos de una enfermedad que ya no es de un hombre de 70 años sino de una mujer u hombre de 50. La enfermedad evoluciona de una forma cada vez más rápida.
La conferencia fue una oportunidad para discutir factores de riesgo, como el fumar. Debemos recordar que el factor principal es la contaminación ambiental interna producida por el cigarrillo y como consecuencia de ello, hay que enfatizar todas las campañas para dejar de fumar. Y también para hablar sobre las alternativas que tenemos de interdivisión farmacológica. Hablamos de una enfermedad que es tratable, tenemos medicamentos que paran y cambian la evolución de la enfermedad.
Los neunólogos van a estar viendo en la práctica que ese grupo de medicamentos, que son los broncodilatadores de acción prolongada y tienen agonistas beta como anticolinérgicos lava lama juntos o un inhalador único, se han hecho porque ahora entendemos que esta enfermedad necesita máxima broncodilatación. Y eso se puede obtener con esos medicamentos.
- ¿Cómo ve el futuro de la enfermedad?
Lo que hemos aprendido de esta enfermedad es que los próximos retos son el diagnóstico temprano y la identificación de esa gran población de pacientes que tienen EPOC y que aún no lo saben. En Argentina se estima que esa cifra rondaría los 2 millones de personas, un porcentaje muy alto, y que la gran mayoría probablemente sean mujeres, de entre 40 y 60 años. Este será el avance más importante.
El segundo desafío sería, cómo podemos ligar la farmacoterapia a marcadores biológicos, niveles en sangre u otro tipo de marcador que nos ayude a indicarnos con qué tipos de medicamentos se puede beneficiar al paciente.
Por último, creo que es muy importante también que a medida que vemos cómo evoluciona la enfermedad el paciente vive más años, está más estable y todo se traduce en una mejor calidad de vida. Debemos demostrarles a los pacientes que usar estos medicamentos que tenemos disponibles se va a traducir en que podrán hacer más ejercicio y tener una vida mejor.
Por otra parte, para abordar esta enfermedad es indispensable que haya una interacción entre proveedores de salud y organismos reguladores. Porque el dejar de fumar, la disponibilidad de medicamentos y el tener leyes que protejan al consumidor tienen que venir del Estado. Se necesitan políticas en las que haya una intervención coordinada entre los sistemas de salud y las organizaciones científicas que trabajen en forma directa con los organismos reguladores del estado. Todo esto se va a traducir en una mejor calidad de vida de la población.
- ¿Qué le parece nuestro pais?
Buenos Aires me parece una ciudad espectacular, me llamó mucho la atención la gran influencia arquitectónica de los años 50 europea y que es muy cosmopolita, siempre hay actividades para realizar.
En los últimos diez años que he venido de forma más regular, he podido ver un crecimiento económico, que claramente demuestra que Argentina es una potencia a nivel mundial en las áreas de servicios, producción, agricultura, etc.
Me gustan la carne, el tango y el Café Tortoni. Buenos Aires tiene cosas muy bonitas que no se encuentran en otras ciudades. |