1. Para que un tratamiento médico pueda ser administrado no debe existir incertidumbre terapéutica; es decir, deben existir pruebas científicas provenientes de ECA controlados con el número de casos necesario para demostrar un efecto. Ante incertidumbre terapéutica, los tratamientos solo se pueden administrar bajo dos condiciones: inclusión en un ECA autorizado por los entes reguladores competentes, o uso compasivo. Ambas circunstancias requieren el consentimiento informado de la persona que los recibe o sus familiares en caso de imposibilidad. Fuerte a favor (motherhood statement).
2. El uso de un tratamiento bajo condiciones compasivas no cumple la condición de que exista un grupo de personas comparables que no hayan recibido esa medicación (grupo control). Por consiguiente, las autoridades sanitarias y los médicos deben abstenerse tanto de recomendar, sugerir o indicar tratamientos como efectivos y seguros; y todos los anteriores, incluyendo a la prensa, deben abstenerse de publicitarlos y de proclamar eficacia o seguridad como datos probados hasta que se hayan realizados los estudios correctamente diseñados, regulados y controlados con resultados concluyentes. Fuerte a favor (motherhood statement).
Decisión
del panel: consideró que estos aspectos éticos se aplican a la situación creada por el COVID-19 y que era oportuno señalar la necesidad de ECA y la posibilidad de uso compasivo ante la urgencia, riesgo de vida y falta de opciones
terapéuticas, por ejemplo, de opciones aprobadas para otros fines, sin que se puedan prescribir o anunciar como opciones seguras y eficaces. El panel alcanzó consenso para recomendar ambas fuerte a favor (100% y 88,5%).